INFLUENCIA DE LA SALUD EN LA FERTILIDAD
DE LAS VACAS DE LECHE
Muchas de las enfermedades que afectan al ganado vacuno de leche ocurren típicamente en los dos primeros meses de lactación, antes de la primera inseminación posparto. La mayor susceptibilidad a enfermedades metabólicas o infecciosas que se produce con el parto y el comienzo de la lactación supone un desafío importante a la reproducción.
La transición del periodo seco a la lactación requiere a la vaca de leche un ajuste drástico del metabolismo para que los nutrientes puedan ser dedicados a la síntesis de leche. Al inicio de la lactación, ocurre un incremento rápido de los requerimientos nutricionales, justo cuando la ingesta de nutrientes está disminuida, lo que causa una movilización de los tejidos corporales, principalmente grasa corporal, pero también aminoácidos, minerales y vitaminas. A pesar de los controles homeostáticos para ajustarse a los cambios en el metabolismo causado por la producción de leche, de un 45 a un 71 % de las vacas de leche con diferentes niveles de producción desarrollan enfermedades metabólicas (principalmente hipocalcemia y cetosis) y enfermedades infecciosas en el primer mes de lactación.
Los problemas relativos al parto y las enfermedades que afectan al tracto reproductivo están entre los contribuyentes principales a la depresión de la fertilidad. La distocia, la metritis y la endometritis clínica alcanzan cifras de 14,6; 16,1 y 20,8 % en las vacas de las explotaciones estabuladas en los Estados Unidos. Las vacas que presentan al menos uno de estos problemas tienen un 25-38 % menos de probabilidades de quedar gestantes a la primera inseminación en comparación con las vacas sanas.
Independientemente de la necesidad de entender mejor por qué se produce la disminución de la fertilidad en las vacas que han tenido cualquier enfermedad, un enfoque práctico consiste en implementar estrategias que minimicen los factores de riesgo de enfermedad.
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