AFECTA LA EFICIENCIA ENERGÉTICA DE LA CRIA
Existen antecedentes, surgidos tanto de la investigación como de la experiencia práctica de asesores y productores, que indican que en nuestra región la parición otoñal en vaquillonas es muy conveniente en ciertos casos. Sin embargo, poco se ha analizado sobre esta estrategia aplicada al rodeo de vacas de segunda parición o más.
1. ¿POR QUÉ CAMBIAR LA ÉPOCA DE PARICIÓN?
La parición de las vacas, por lo general, se estaciona hacia fines de invierno para que la lactancia coincida con el rebrote primaveral de las pasturas. Este manejo facilita el ajuste entre los requerimientos del rodeo y la producción de forraje de las pasturas, pero tiene la restricción de que la oferta de terneros es estacional, generalmente en otoño que es cuando se desteta.
Si bien, con frecuencia, los productores recurren a otra época de entore para no mantener vacas improductivas en el campo, existen varios argumentos como para considerar la conveniencia de modificar la época de entore en determinadas situaciones. Entre otros se pueden mencionar los siguientes:
– Posibilidad de mejorar el precio del ternero al comercializarlo en otro momento del año de menor oferta.
– Cubrir la demanda de sistemas de engorde intensivo que requieren animales en diferentes épocas.
– Ajustar los requerimientos del rodeo a otros perfiles de oferta de alimento, diferentes a los de las pasturas.
En la zona pampeana, estacionar el servicio para que las vacas paran en otoño, y los terneros se desteten en primavera, es una práctica posible de realizar sin afectar el comportamiento reproductiva del rodeo, como lo muestran los datos del Cuadro 1. Obsérvese que tanto a nivel de la Unidad Demostrativa Reserva 6 (INTA Balcarce), como en campos de productores, no hay diferencias en las tasas de preñez o de destete, o en la mortandad de terneros al nacimiento, comparando el manejo tradicional con parición invernal versus la parición en otoño.
Un ternero destetado es el producto de una actividad que requiere tiempo y alimento. Se considera que el tiempo que demanda el proceso de gestación más la lactancia es de un año, considerando ciclos sucesivos en un rodeo estabilizado, donde hay cierta superposición entre un ciclo y otro. Durante ese año (ciclo de destete a destete) se necesita alimento para cubrir varios costos: el de mantenimiento de la vaca, los de gestación y lactancia, el de recuperación de peso si la vaca ha movilizado reservas (cosa que generalmente ocurre), y lo requerido por el ternero para su mantenimiento y crecimiento y que no es cubierto por la leche materna.
Al modificarse el manejo del rodeo, por ejemplo la época de parición, cambian los momentos del año en que se manifiestan los costos señalados. Los requerimientos a cubrir se dan en épocas diferentes, donde la producción de las pasturas y la calidad del forraje son distintas. Además, el clima puede incidir de manera diferencial sobre los requerimientos del par vaca + ternero. Todos estos factores pueden marcar diferencias en los cambios de peso de la vaca a lo largo del año, en el peso del ternero al destete o en la longitud de la lactancia. En este punto cabe entonces plantearse si la eficiencia energética de la cría vacuna se afecta al modificarse la época de parición y, por consecuencia, la de destete, o dicho en otras palabras: ¿afecta la época de parición el costo de producir un ternero?
Conocer cuánta energía cuesta producir un kilogramo de ternero destetado es parte de lo que se necesita saber para la toma de decisiones. Está claro que hablar de energía es hablar de alimento; es decir, de pasto que es la principal fuente energética de las vacas. Es posible, a través de ecuaciones, estimar la cantidad de energía que demanda todo el proceso que conduce a obtener y destetar un ternero. Esa energía se expresa como energía metabolizable (EM) y se mide en términos de megacalorías(Mcal).
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