ESTRATEGIAS NUTRICIONALES PARA MANIPULAR LA PROTEINA DE LA LECHE
El 95% de la proteína de la leche es proteína verdadera, el restante 5% es nitrógeno no proteico, principalmente nitrógeno ureico (urea). De la proteína verdadera, el 78% es “caseína”, la que se relaciona directamente con el rendimiento en la producción de quesos. Los factores nutricionales que impactan el contenido de la proteína láctea y que han recibido mayor atención durante los últimos 25 años son la relación forraje : concentrado de la dieta, la cantidad y calidad de la proteína de la dieta y la cantidad y calidad de la grasa de la dieta. No obstante, hay que diferenciar entre aquellas respuestas que afectan el % de la proteína de la leche versus aquellas que afectan la producción de kilogramos de proteína total al día (función del % de proteína y los litros totales de leche producido al día). Generalmente ocurre que los cambios dietarios que tienen un impacto positivo en la producción de leche y de proteína causan a su vez un efecto negativo en el % de proteína láctea. La meta en la mayoría de los casos es incrementar el contenido proteico de la leche mientras se mantiene o incrementa la producción de leche.
Dr Pedro Melendez, MV, MS, PhD College of Veterinary Medicine Universidad de Missouri, EEU
En la mayoría de los casos, reduciendo el % de forraje en la dieta incrementa tanto el % como la cantidad de proteína producida en la leche. Tanto el contenido como la calidad de la proteína dietaria también impactan la producción y el % de proteína de la leche, pero el efecto no es tan dramático como uno esperaría. La proteína que alcanza el intestino delgado de la vaca, se le denomina proteína metabolizable. Es un 80% digestible, vale decir por cada 100 g de proteína que alcanza el intestino 80% es absorbida en forma de aminoácidos (unidades estructurales de las proteínas, así como los ladrillos son los aminoácidos de una muralla). Así, la proteína metabolizable o sus aminoácidos son usados por la vaca para sintetizar sus propias proteínas para los procesos de mantención, preñez, lactancia, y crecimiento. No obstante, existen algunos aminoácidos que son limitantes y se consideran esenciales para el animal, donde encontramos los más limitantes: la LISINA y METIONINA. De este modo, algunos alimentos se clasifican según la disponibilidad de estos 2 aminoácidos. A modo de ejemplo, el maíz y sus derivados son bajos en lisina. El poroto soya y algunas proteínas animales son bajos en metionina. Es por esto, que se ha visto que la producción de leche responde positivamente a la suplementación de los aminoácidos llamados lisina y metionina, especialmente relacionado al contenido y % de proteína de la leche (caseína). Esto puede ser una gran ventaja para aquellos productores que se dedican a la elaboración de quesos y subproductos de la leche. Los aumentos en producción de leche son más evidentes durante la lactancia temprana y las respuestas son mayores cuando la proteína cruda es entre 14 y 18%. La lisina y metionina se pueden suplementar a través de insumos proteicos ricos en estos aminoácidos (harina de pescado rica en ambos aminoacidos, soya que es rica en lisina y gluten meal que es rico en metionina) o productos comerciales del tipo aditivos que contienen estos aminoácidos.
En la medida que el sistema de pago de la leche sea relacionada al contenido de los sólidos se hace fundamental el manejo nutricional y alimentario de la vaca lechera que ayude a modificar en forma positiva el contenido de sólidos de la leche.
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