LA CALIDAD DEL AGUA PARA EL GANADO
El agua está involucrada directa e indirectamente en virtualmente cada proceso fisiológico. El agua es un medio de transporte de nutrientes, material de desecho, hormonas y otros mensajeros químicos, así como también para el alimento a través del tracto gastrointestinal. También juega un rol muy importante en la regulación de la temperatura corporal, actúa como lubricante en las coyunturas del esqueleto y es un componente de muchas reacciones químicas básicas.
La calidad del agua se determina por análisis de muestras de agua. Un análisis bacteriano indica si el agua contiene microorganismos, tales como bacteria, las que pueden ser peligrosas. Un análisis químico determina los niveles de varios minerales presentes en el agua.
Evaluar el contenido del agua es relativamente honesto. La mayor dificultad es establecer niveles a los cuales la salud animal, su bienestar y la productividad puedan verse deteriorados.
Este trabajo resalta los niveles recomendados y los problemas potenciales encontrados durante un análisis de agua. La Tabla 1 resume los lineamientos de calidad de agua establecidos por la Task Force Canadiense de 1987 en Calidad de Agua.
Interpretación del análisis químico – pH (unidades)
El pH del agua es un factor importante en la determinación de la efectividad de varios tratamientos de agua. La eficiencia de la cloración se reduce con un pH alto. Un bajo pH puede causar precipitación de algunos agentes antibacterianos distribuidos por el sistema de agua. Por ejemplo, las sulfonamidas son una preocupación particular, ya que al precipitar la medicación puede “colarse” de regreso en el agua luego que el tratamiento terminó, contribuyendo a potenciales residuos de sulfa en las carcasas.
COMENTARIOS SOBRE SÓLIDOS DISUELTOS TOTALES (mg/L)
Menos de 1,000: Un nivel relativamente bajo de salinidad sin seria opresión en cualquier clase de ganado.
1,000 – 2,999: Satisfactoria para todas las clases de ganado. El agua puede causar temporariamente una diarrea leve en el ganado no acostumbrado, pero no debería afectar ni la salud ni el rendimiento. Los niveles individuales de minerales deben ser checados.
3,000 – 4,999: Satisfactoria para el ganado, aunque puede causar temporaria diarrea y rechazo al principio en no los animales no acostumbrados.
5,000 – 6,999: Razonablemente segura para el ganado de carne y leche, ovejas, cerdos y caballos. Evitar utilizar aguas con niveles más altos para animales preñados o en lactancia.
7,000 – 10,000: Probablemente inadecuada para cerdos. Puede existir un riesgo considerable en el uso de esta agua para vacas preñadas o en lactancia, caballos, ovejas, los jóvenes de estas especies, o para cualquier animal sujeto a alto stress por calor o pérdida de agua. En general, el uso de esta agua debe ser evitado, aunque los rumiantes mayores, los caballos y aún los porcinos pueden subsistir con ella por largos períodos bajo condiciones bajas de stress.
Más de 10,000: Los riesgos con estas aguas altamente salinas son tan grandes que no pueden recomendarse para su uso bajo ninguna circunstancia.
El Residuo filtrable o Sólidos Disueltos Totales (TDS en inglés), es el indicador principal de la calidad del agua. Si el TDS es aceptable, es poco posible que los niveles de los minerales sean un problema. El agua con un TDS menor que 1,000 mg/L es aceptable para toda clase de ganado. Entre 1,000 y 7,000 mg/L los efectos del TDS son menos precisos y pueden variar de ningún efecto notable a diarrea temporal y a productividad atenuada. Si el TDS cae en este rango, es necesaria una evaluación de los niveles de los minerales que “acompañan” al TDS. Cualquier número de minerales pueden elevar el TDS; por ejemplo, El Calcio y el Magnesio contribuyen al TDS, pero tienen efectos fisiológicos muy diferentes comparados con el sulfato, otro contribuyente al TDS.
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