MEJORA DE LA EFICIENCIA DEL USO DEL NITRÓGENO EN LECHE
1.- INTRODUCCIÓN
La ganadería lechera es uno de los sectores agrícolas más importantes de la Unión Europea (UE), representando una proporción significativa del valor de la producción agroganadera. Sin embargo, esta producción tiene un impacto ambiental considerable. El ciudadano lo reconoce y presiona a la industria láctea para que actúe de una manera más responsable desde el punto de vista ambiental. El uso extensivo del nitrógeno (N) ha conducido al fenómeno descrito como la cascada de N, que refiere a la circulación de N antropogénico en ecosistemas naturales que causan efectos múltiples en sistemas atmosféricos, de agua dulce y marinos. La agricultura es el principal contribuyente a este fenómeno que representa aproximadamente el 78% del N total que entra en el medio natural. Se han propuesto varias estrategias para mitigar este considerable impacto medioambiental de la agricultura, y probablemente el estudio más completo de la UE sobre el uso de N en la UE (European Nitrogen Assessment) sugirió que la mejora en la eficiencia del uso del N en la producción animal era una acción clave para mejorar el problema del exceso de N (Sutton et al., 2011).
Teniendo en cuenta el alto nivel de producción de leche de la mayoría de las vacas lecheras, es posible que podamos anticipar mejoras pequeñas a corto plazo. Por el contrario, ha sido una práctica habitual sobrealimentar en N por encima de las necesidades como ‘factor de seguridad’, lo que sugiere que la reducción de la ingestión de N es posible sin afectar la producción.
La formulación de raciones con niveles de proteína bruta por encima de las necesidades reales para el mantenimiento y la producción resulta en un desperdicio de dinero en alimentos ricos en proteína. Además, aumenta la excreción de N, principalmente en forma de N urinario. Como se muestra en la figura 1, cuando el aporte de N es mayor que la disponibilidad de energía (es decir, que el aporte de energía metabolizable es el factor limitante para la producción de leche), el exceso de N no se convierte en proteína láctea. Como resultado, este exceso de N se excreta en la orina, aumentando el potencial de contaminación.
Por otro lado, si las dietas están formuladas para satisfacer las necesidades exactas de los animales, nos enfrentamos al riesgo de alimentar realmente por debajo de este nivel. Una dieta se formula a base de materia seca (MS) mientras se prepara en base fresca. Sin embargo, la MS del forraje no es constante, especialmente cuando estamos alimentando dietas basadas en ensilaje. Por ejemplo, si formulamos una dieta con ensilaje de alfalfa al 50% MS, y en la formulación asumimos (o mejor analizamos) que el ensilaje tiene un contenido de MS del 35%, se puede calcular que la ingesta diaria de 12 kg MS proporcionará 325 g de proteína metabolizable. Si, debido a la variación diaria, el contenido de MS del ensilaje de alfalfa cae al 25%, pero no se realiza ningún ajuste en la cantidad de materia fresca de la alfalfa, el aporte diario de proteína metabolizable bajará a 210 g. Esto significa una reducción de 115 g de proteína al día simplemente por no controlar la variación en el contenido de MS del silo. Dado que la dieta se formuló para satisfacer las necesidades reales de proteína, esto dará como resultado una caída significativa de la producción de leche o del contenido en proteína de la leche. Por lo tanto, es crucial, cuando alimentamos vacas lecheras con dietas formuladas para cumplir con las necesidades de N, realizar un análisis semanal o quincenal de la materia seca de los forrajes que se utilizan, y luego ajustar las mezclas de la ración. Aunque esto parezca laborioso, las tecnologías actuales y baratas, tales como sondas para medir la humedad o el uso de microondas, se pueden utilizar para proporcionar resultados en el plazo de 30 minutos. Este ajuste no sólo mejorará la MNE, sino que también reducirá el coste de alimentación
ARTICULO COMPLETO MEJORA DE LA EFICIENCIA DEL USO DEL NITROGENO EN LECHE A TRAVES DEL MANEJO DE LA NUTRICION DEL GANADO LECHERO