ESTRÉS, CONCEPTOS BÁSICOS Y SU RELACIÓN CON EL BIENESTAR ANIMAL
INTRODUCCIÓN.
En este capítulo se abordan el sistema nervioso autónomo (SNA), el sistema endocrino, como reguladores de la homeocinesis. Además se revisan los conceptos de estrés, euestrés y distrés y el papel del sistema proopiomelanocortina (POMC) como generador de endorfinas.
Para entender correctamente el papel del SNA en el bienestar animal, es preciso revisar el papel que tienen los sistemas simpático y parasimpático en las subetapas de la etapa de alarma que son choque y contrachoque. En el choque predomina el sistema simpático, es decir, hay una simpaticotonía y en el contrachoque predomina el sistema parasimpático, es decir, hay una vagotonía.
DESARROLLO.
• El sistema nervioso autónomo y el bienestar animal.
El término Sistema Nervioso Autónomo (SNA) fue acuñado por Langley (principios del siglo XX), para distinguir la porción del sistema nervioso, que no está bajo el control voluntario y que funciona como un sistema eferente (motor), transmitiendo señales de control a todo el organismo, con excepción del músculo estriado.
El concepto simpático del griego “synpatein”, fue acuñado por J. B. Winslow (1669-1760) significa “sufrir con”, es decir, que ante situaciones de emergencia, este sistema se solidariza con el individuo, lo acompaña, es empático. Existe una oposición dialéctica entre el Sistema Simpático y el Sistema Parasimpático como se observa en el cuadro 1.
El SNA compuesto por el simpático que es un sistema complejo y que responde a situaciones de peligro tanto real como imaginario. En tanto el sistema parasimpático es un sistema sencillo que se encarga de los procesos de mantenimiento (Duval & Rabia, 2010).
En el balance térmico, la regulación de la temperatura es un mecanismo que se adquiere con la evolución, ya que solo las aves y los mamíferos (homeotermos o endotermos), tienen la capacidad de generar respuestas fisiológicas ante el frío y el calor. Los vertebrados situados por debajo de ellos se denominan poiquilotermos o exotermos, ya que su temperatura varía directamente con la temperatura ambiental y carecen de mecanismos termorreguladores.
Las aves se encuentran en desventaja con respecto a la mayoría de los mamíferos, ya que carecen de glándulas sudoríparas, por lo que la pérdida calórica la realizan principalmente por vía respiratoria durante la espiración (polipnea térmica). En el caso de los mamíferos existen especies con gran capacidad de pérdida calórica (ser humano, caballo) y especies con limitada o nula capacidad de sudoración (el perro y cerdo poseen muy escasas glándulas sudoríparas y los roedores carecen de ellas). En los seres humanos, además de la sudoración colinérgica para la pérdida de calor, existe un tipo de sudoración adrenérgica en las palmas de las manos y las plantas de los pies.
Este tipo de sudoración se presenta ante situaciones de peligro (Gómez- González & Escobar, 2006). Los mecanismos de los que disponen los mamíferos para hacer frente a los estímulos de calor y frío, están regulados por fibras simpáticas colinérgicas (sudoración) y por fibras simpáticas adrenérgicas como en el caso de la piloerección, la vasoconstricción y la vasodilatación. Como se mencionó, los roedores carecen de glándulas
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