FISIOLOGÍA DIGESTIVA Y USO DE ADITIVOS ALIMENTICIOS RUMIANTES
Professor of Animal Sciences Emeritus University of Illinois, Urbana. 217-333-0978. hutjensm@illinois.edu
1.- INTRODUCCIÓN
La alimentación de vacas de alto nivel productivo continúa siendo un desafío para granjeros y nutricionistas. Además, los márgenes de beneficio de las explotaciones lecheras varían con el precio de la leche y los costes alimenticios que a su vez se modifican notablemente de un año a otro. El coste de alimentación representa el mayor input para la producción de leche (alrededor de un 45-60%). Los aditivos alimenticios son un grupo de ingredientes que pueden causar una respuesta beneficiosa del animal en aspectos tales como el pH ruminal, el crecimiento o en la modificación del metabolismo. El cuadro 1 enumera una serie de aditivos alimenticios utilizados por los gerentes de las granjas de leche sobre la base de un encueta de lectores de Hoard’s Dairyman Magazine. Algunos aditivos alimenticios contienen nutrientes tales como el sodio en el bicarbonato sódico o la proteína en el cultivo de las levaduras. Los aditivos alimenticios no son una garantía de productividad o de rentabilidad.
2.- VALORACIÓN DE LOS ADITIVOS ALIMENTICIOS A NIVEL DE GRANJA
Los gerentes y consultores de las fábricas de pienso pueden evaluar los aditivos alimenticios utilizando una aproximación ligeramente diferente, incluyendo, como criterios adicionales de variación la seguridad, la repetibilidad y la relatividad. La seguridad debe estar basada en trabajos básicos de investigación que hayan sido publicados sobre el aditivo alimenticio considerado. La capacidad de predecir si el producto puede dar lugar a una respuesta positiva en un amplio rango de condiciones de alimentación es importante. La repetibilidad se establece a partir de resultados del análisis estadístico de los datos (media y desviación estándar). Cada consultor debe determinar qué nivel de riesgo está dispuesto a asumir cuando selecciona un aditivo alimenticio. El punto clave es la probabilidad de que la respuesta sea beneficiosa económicamente. La relatividad se refiere a otros productos, cambios de manejo o prácticas que pudiese sustituir el uso del aditivo. Por ejemplo, las sales aniónicas pueden excluirse de la ración si el nutricionista consigue reducir los niveles de potasio a menos de un 1%. Adicionalmente puede utilizarse en la valoración de un aditivo la confianza en su uso basada en los datos de trabajos publicados sobre ese aditivo. La capacidad de predicción de las respuestas positivas del producto en un amplio rango de condiciones de alimentación es importante.
3.- MEDIDA DE LA VARIACIÓN
La desviación estándar y la probabilidad estadística son medidas que pueden utilizarse para determinar la probabilidad de obtener una respuesta deseada. Otra herramienta habitual es el análisis de errores de tipo I/tipo II. Los estudios de investigación publicados son resumidos, las desviaciones estándar calculadas y los factores económicos se incorporan a los cálculos. Un error de tipo I es el coste asociado con el suministro de un aditivo sin obtener respuesta económica, lo que constituye una decisión inadecuada. Un error de tipo II es el coste asociado con la decisión de no utilizar un aditivo que hubiera dado lugar a una respuesta positiva, lo que supone una pérdida de coste de oportunidad. El coste o riesgo de cada error debe ser interpretado por el usuario. En el cuadro 2 se relaciona una lista de errores de tipo I y tipo II para varios aditivos alimenticios.
Un segundo aspecto es la selección de un aditivo, ¿qué producto comercial debería adquirirse? “Me too feed additive” es un término que se refiere a un producto que está apoyado por un número limitado de trabajos de investigación, pero que se comercializa sobre la base de que tiene un efecto similar a los aditivos estándar producidos por la industria. La realización de experimentos bien planeados y desarrollados en universidades o empresas y publicados en revistas científicas y técnicas puede costar entre 25.000 y 60.000 dólares por ensayo y precisar entre uno y tres años. Existen tres tipos diferentes de situaciones de “me too” en la práctica.
Situación 1: Aditivo idéntico
El bicarbonato sódico es un ejemplo de este tipo. El producto “me too” puede ser idéntico estructural o químicamente. En esta situación, la compañía inicial ha realizado numerosos estudios, publicados en revistas científicas, y ha establecido una base sólida para la toma de decisiones a nivel de campo. Un segundo producto aparece en el mercado indicando que tiene una composición idéntica pero un menor precio. El bicarbonato sódico es un producto definido químicamente. El dilema sobre qué producto escoger es crítico para el desarrollo futuro del producto. Si los gerentes de las granjas y nutricionistas escogen el producto nuevo y más barato, las compañías no continuarán desarrollando su producto.
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