Entre los principales gastos que tiene que asumir una explotación ganadera intensiva o semi intensiva se encuentra la factura energética, necesaria para asumir el mantenimiento de unas condiciones de humedad y temperatura controladas que permitan alcanzar los rendimientos esperados de los animales; los sistemas de ventilación que ayuden a eliminar el dióxido de carbono o amoniaco acumulados y mantener una adecuada calidad del aire en el interior de las naves; los silos, tolvas y sistemas de distribución de alimento, los sistemas de retirada de deyecciones, las cintas transportadoras de recogida de huevos en explotaciones avícolas de puesta o los sistemas de ordeño en granjas de vacuno, ovino o caprino lechero.
Todo ello genera una dependencia muy importante de las energías fósiles, cuyo precio es cambiante, aunque siempre con tendencias al alza, lo que complica enormemente la rentabilidad de las explotaciones. Por tanto, todos aquellos estudios orientados a mejorar el ahorro y eficiencia energética en las explotaciones ganaderas, serán fundamentales para ayudar a este maltrecho sector.
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Eficiencia energética clave en la rentabilidad ganadera