Diversas prácticas ligadas a la ganadería bovina intensiva como un tamaño de rebaño mayor, alimentación a base de maíz, destrucción de setos naturales o utilización de silo en la dieta han sido relacionados con una mayor prevalencia de tuberculosis bovina en un estudio llevado a cabo en Reino Unido.
Un estudio* de la Universidad de Exeter, financiado por el Biotechnology and Biological Sciences Research Council (BBSRC), ha analizado datos de 503 granjas que han sufrido brotes de tuberculosis bovina en el Reino Unido, así como de otras 808 explotaciones negativas pero que se encuentran en áreas con alto riesgo de que aparezcan casos de tuberculosis.
Una noticia publicada en la web de la Universidad de Exeter recoge declaraciones de la autora principal del estudio, la doctora Fiona Mathews: “Una producción menos intensiva implica una mejor salud de los animales y permite una estrategia a largo plazo en las áreas de alto riesgo”. Las prácticas ganaderas intensivas como aumentar el tamaño de los rebaños, alimentar con piensos basados en maíz, eliminar los setos naturales de los campos o usar silo en las dietas parecen estar ligados con el desarrollo de la tuberculosis bovina, según los datos analizados por el equipo de Mathews. Y en todo el Reino Unido la tendencia ha sido a la intensificación durante las últimas décadas.
Los datos recopilados por los investigadores de Exeter muestran que en granjas con 150 vacas o más existe un riesgo un 50 % mayor de que aparezcan brotes de tuberculosis bovina que en las que tienen 50 o menos. Los patrones de producción de cereales y las pautas de alimentación de los animales tienen también mucha importancia: por cada 10 hectáreas de maíz cultivado para alimentar a las vacas el riesgo de que aparezcan brotes de tuberculosis bovina aumenta un 20 %. La utilización de silo en la dieta dobla el riesgo tanto en rebaños lecheros como cárnicos.
La existencia de setos naturales para separar campos tiene también una gran importancia, según este estudio: en granjas con 50 km de lindes entre campos, cada kilómetro extra de seto natural reduce el riesgo de que aparezca tuberculosis en un 37 %. Este fenómeno se da porque se reduce mucho la contaminación de los pastos con heces y orina de tejón, un animal que transmite la tuberculosis a las vacas.
Mathews recalca que para erradicar la tuberculosis bovina es necesario un protocolo de control basado en evidencias científicas y que con su estudio, el más extenso hecho hasta ahora sobre el asunto en Reino Unido, se demuestra la gran importancia que el tipo de manejo y el ambiente tienen en la diseminación de la enfermedad.
*B. Winkler, F. Mathews. Environmental Risk Factors Association with Bovine Tuberculosis in Cattle high Risk Areas. Biological Letters, November 2015 DOI: 10.1098/rsbl.2015.0536
FUENTE
http://albeitar.portalveterinaria.com/noticia/14416/actualidad/una-investigacion-britanica-relaciona-la-ganaderia-bovina-intensiva-con-una-mayor-prevalencia-de-tuberculosis.html