EL PARTO DISTOCICO EN EL GANADO VACUNO
El control en los días previos al parto es fundamental
Mónica Espada [1,2], Luis Figueras [1,2], Laura Carreño [1], Carlos Alcay [1], Laura Sastre [1] y Alfonso Villarroya [1]
1. Gabinete Técnico Veterinario 2. Departamento de Patología Animal. Facultad de Veterinaria de Zaragoza Imágenes cedidas por los autores
El control en los días previos al parto es fundamental: observar cómo se realiza la preparación al parto, el control de la alimentación de la vaca, así como su estado general. Todos los posibles signos clínicos observados en los días previos (la presencia de prolapso vaginal preparto, anorexia, dolor abdominal, heces líquidas, asimetría en la ubre, cola levantada, pérdida de volumen de la ubre, etc.) van a aportar información relevante.
Uno de los signos más indicativos de que se aproxima el parto es que la vaca se separe del resto. El animal se encuentra incómodo, no acude a comer, se levanta y se tumba, y pierde el tapón mucoso. Finalmente, cuando la vaca se tumba comienzan las contracciones. En estos momentos la persona encargada deberá estar pendiente de la evolución del parto, especialmente cuando se observa que comienza la fase de expulsión. A partir de ese momento, hay que controlar si expulsa la bolsa, si hay rotura de aguas, si se exterioriza alguna parte del ternero, etc. Se recomienda no tocar a la vaca si no es necesario y, sobre todo, no apresurarse en la extracción del ternero. Mi recomendación siempre es la de no intervenir si no es necesario. Es frecuente que algunos ganaderos, en estos momentos de incertidumbre, se pongan nerviosos y quieran extraer a la cría antes de tiempo por miedo a que esta se ahogue. En ese caso es importante explicar las posibles consecuencias de una manipulación precoz (rotura del cuello de útero, desgarros vaginales, episiotomía por falta de dilatación vulvar, etc.). Una vez que se inician las contracciones, indicativas de que el proceso del parto se ha desencadenado, se recomienda su control periódico, cada 20-30 minutos, y siempre desde lejos de forma visual. Observar que la vaca se tumba y comienza a empujar, cómo se ven las patas del ternero y cómo va saliendo en cada contracción un poco más.
También debe inmovilizarse la cola en un lateral y realizar un lavado vulvar con agua y yodo. Una vez hecho esto se puede llevar a cabo el examen obstétrico por vía vaginal.
Examen obstétrico
En la primera valoración se examina el tamaño del canal del parto (si es estrecho, si está dilatado, si está engrasado o si hay alguna malformación). Introduciendo más la mano se alcanza el cuello del útero, en cuya exploración se evaluará el grado de dilatación y si existe torsión:
1. Grado de dilatación del cuello del útero
Se puede observar que:
No existe dilatación. Esta es la alteración más frecuente en novillas. En estos casos debe aplicarse un espasmolítico que actúe sobre las fibras musculares del útero (por ej. hidrocloruro de vetrabutina, que requiere una prescripción
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